
Todos los años, compro alguna tontería, adornitos, bufandas, etc...
Este año la verdad que daba un poco de pena, solo había bolsos y tonterías propias de un todo a 100. Y hippies no ví ni uno...
Solo encontré un puesto que valiera la pena, una chica italiana, que vendía figuritas de elefantes con piel de leopardo, espejitos sol-lunares, relojes... y lo que más me gustó... gatitos con minicascabeles en sus collares.
En cuanto llegué a casa, el gatito hizo nido, y se instaló junto a una copa de martini que uso como candelabro, encima de un platito de cebra que uso como centro de mesa.
Así puede vigilarlo todo... y está calentito en invierno :)

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